La escasez del agua: desde su origen y consecuencias hasta las soluciones

Guillermo
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La escasez de agua es uno de los problemas más urgentes y complejos que enfrenta el mundo en la actualidad. A pesar de que el agua cubre aproximadamente el 70% de la superficie terrestre, solo una fracción de esta es dulce y aún menos es potable, lo que hace que su distribución y acceso sean un desafío global. Factores como el cambio climático, el crecimiento de la población, la contaminación de los recursos hídricos y las prácticas agrícolas insostenibles están intensificando la crisis hídrica, afectando la disponibilidad de agua para millones de personas. Esta situación no solo pone en peligro la salud humana, sino que también amenaza el desarrollo económico, la seguridad alimentaria y la estabilidad social. En este contexto, es fundamental entender las principales causas de la escasez de agua y la necesidad urgente de adoptar políticas y prácticas que garanticen el acceso equitativo a este recurso vital.

El agua, compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, es esencial para la vida tanto del planeta como de los seres humanos, quienes estamos compuestos en un 80% por agua. A pesar de que hay suficiente agua dulce para abastecer a toda la población mundial, según la UNESCO, el problema radica en su distribución desigual y el impacto del cambio climático, que está provocando escasez.

Aunque el planeta está cubierto en un 70% por agua, solo el 3,5% es agua dulce, y de esa cantidad, solo el 0,025% es potable, según datos de National Geographic. Esta distribución desigual está generando preocupación entre los gobiernos de todo el mundo. Actualmente, aproximadamente 2.000 millones de personas no tienen acceso a agua potable segura, 3.600 millones carecen de servicios de saneamiento adecuados y 2.300 millones no tienen lo básico para lavarse las manos.

Es evidente que necesitamos implementar nuevas políticas que favorezcan una mejor comprensión, uso y gestión de este recurso vital. El acceso a agua limpia y al saneamiento es el sexto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030. Sin embargo, las previsiones para 2050 no son optimistas.

Principales causas de la escasez de agua

La escasez de agua es una problemática que afecta gravemente al planeta y a la vida en general. Existen varios factores, tanto directos como indirectos, que contribuyen a esta situación:

  1. Cambio climático: No es una amenaza hipotética. El Informe Mundial de Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2020 confirma que el cambio climático afectará negativamente la cantidad y calidad del agua disponible a nivel global. Esto dificultará el acceso de millones de personas al agua potable y al saneamiento. Los fenómenos meteorológicos extremos como huracanes, tormentas y sequías están siendo cada vez más frecuentes debido al cambio climático.

  2. El impacto de nuestra dieta: La producción de alimentos tiene una gran huella hídrica. Por ejemplo, producir un kilo de arroz requiere 5.000 litros de agua. La agricultura, en general, es responsable de aproximadamente el 70% del uso de agua mundial. Además, las actividades agrícolas y ganaderas son grandes contaminantes de los recursos hídricos, debido a los vertidos de pesticidas y fertilizantes. (info aqui)

  3. Contaminación de los recursos hídricos: La contaminación del agua es otro factor crucial. Desperdicios de productos químicos, plásticos, productos industriales y material fecal terminan en las fuentes de agua, lo que provoca la muerte de millones de personas al año debido al consumo de agua contaminada. La deforestación también contribuye a la contaminación, ya que la tala de bosques provoca la pérdida de vegetación que mantiene la calidad del agua.

  4. Crecimiento de la población: A medida que la población mundial aumenta y la urbanización avanza, especialmente por el éxodo rural hacia las ciudades, la demanda de agua crece exponencialmente. En muchas partes del mundo, no se tiene conciencia sobre el uso responsable del agua, lo que agrava la situación. En países como España, el consumo per cápita diario es de 136 litros por persona.

¿Que Consecuencias puede tener?

La escasez de agua no solo afecta la salud y la economía, sino que también es un factor desencadenante de conflictos y desplazamientos humanos. Según un artículo de la BBC, aproximadamente una cuarta parte de la población mundial enfrenta una grave escasez de agua al menos un mes al año. Esta situación ha llevado a que, para 2030, se estime que hasta 700 millones de personas podrían estar en riesgo de desplazamiento debido a la sequía y la escasez de agua.

Un caso ilustrativo es el de Basora, en Irak, donde la contaminación del agua en 2018 provocó que 120,000 residentes requirieran atención médica. Las protestas resultantes fueron reprimidas violentamente, lo que llevó a desplazamientos forzados de la población.

Además, la construcción de represas en países río arriba, como Turquía en el caso del río Tigris, ha reducido significativamente el flujo de agua hacia naciones vecinas como Irak, exacerbando la escasez y las tensiones regionales.

La relación entre la escasez de agua y los conflictos es evidente en diversas regiones del mundo. La competencia por este recurso esencial puede intensificar tensiones existentes y conducir a conflictos armados, especialmente en áreas donde el agua es compartida entre múltiples países o comunidades.





Conflictos por el agua. Origen: https://www.worldwater.org/conflict/map/




¿Hay alguna solucion?

La escasez de agua es un problema complejo y creciente que afecta a una parte significativa de la población mundial. Esto se debe a la combinación de factores como el cambio climático, la sobreexplotación de los recursos hídricos, el crecimiento demográfico y la contaminación de fuentes de agua. Para abordar este problema, es necesario emplear una serie de soluciones integrales que aborden tanto la oferta como la demanda de agua.

En cuanto a las tecnologías innovadoras, además de la desalinización y el reciclaje de agua mencionados, se están desarrollando tecnologías de purificación avanzada, como los sistemas de filtración por membranas o la utilización de energía solar para procesos de desalación. Estas tecnologías están permitiendo una mayor eficiencia en la conversión de agua salada en agua potable y en el tratamiento de aguas residuales, lo que puede aliviar las presiones sobre las fuentes de agua dulce disponibles. (Mas info aqui y aqui)

En el ámbito del manejo de los recursos hídricos, la gestión integrada de cuencas es clave para evitar la sobreexplotación de fuentes de agua. Esta práctica consiste en gestionar todos los componentes de una cuenca hidrográfica —desde los recursos superficiales hasta los subterráneos— de manera coordinada, considerando las necesidades de las comunidades, la agricultura y el medio ambiente. Además, la inversión en infraestructura para el almacenamiento de agua, como embalses y cisternas, puede garantizar el suministro durante períodos de sequía.

El riego eficiente, además del riego por goteo, incluye tecnologías como el riego automatizado y el uso de sensores para determinar las necesidades exactas de las plantas, evitando el riego innecesario y reduciendo las pérdidas. Esto es especialmente importante en países donde la agricultura es una de las principales actividades económicas, como en muchas regiones de África y Asia.

Las políticas sostenibles deben ser acompañadas de incentivos que fomenten la adopción de tecnologías eficientes y el uso responsable del agua. Por ejemplo, los sistemas de tarifas progresivas, en los que los usuarios que consumen más agua pagan tarifas más altas, pueden incentivar el ahorro. Además, la implementación de leyes para la protección de fuentes hídricas, la restauración de ecosistemas acuáticos y la promoción de prácticas agrícolas sostenibles, como la agroforestería, son pasos fundamentales para asegurar un futuro con acceso a agua para todos.

La cooperación internacional no solo debe centrarse en acuerdos sobre el uso de recursos hídricos compartidos, sino también en el intercambio de conocimientos y tecnologías. Los países con más experiencia en la gestión eficiente del agua, como Israel y Australia, pueden colaborar con otros países para compartir sus mejores prácticas y fortalecer las capacidades locales. Además, los acuerdos internacionales deben abordar las posibles consecuencias del cambio climático, que amenaza con alterar los patrones de precipitación y aumentar la frecuencia de fenómenos climáticos extremos, como sequías e inundaciones.

Finalmente, la educación y concienciación son esenciales para cambiar los hábitos y comportamientos en relación con el uso del agua. Iniciativas que promuevan la recolección de agua de lluvia, el uso de tecnologías de bajo consumo en hogares y empresas, y el tratamiento de aguas grises (como el agua utilizada en duchas o lavabos) para su reutilización, son pasos importantes. Las campañas educativas también deben centrarse en las generaciones más jóvenes, que son clave para garantizar la adopción de prácticas sostenibles en el futuro.





(Web de origen de las causas: https://www.bbva.com/es/sostenibilidad/causas-de-la-escasez-de-agua/)









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